miércoles, 5 de junio de 2013

Las Recompensas



Qué pasa por la calle… gritamos unos guayacos autodesterrados a todo volumen mientras retumba la canción en los parlantes de una fiesta.  Es 1998, hace 3 años que había dejado de vivir en Guayaquil: ciudad luminosa, ciudad sin memoria… ciudad con la que cuesta identificarse, (el ya conocido amor/odio). La canción siempre me da respuestas… Nada… no pasa nada.

14 años después: Backstage del concierto de Manu Chao. Llevábamos más de un año con La Suca (a.k.a La Colorada) y Arturo buscando los derechos de la canción. Manu nos dice la plena: con la disquera el acceso a la versión grabada está cerrada, pero se porta dato: -úsenla igual.  6 meses después estamos con Víctor Andrade y Carlos Bohórquez haciendo un cover para un himno de nuestra generación.

Salto a 1989: Escucho “Destruye” en unos audífonos con los que me quedo dormido. Tengo 12 años y ya sé que me voy a identificar con Ilegales toda la vida.
21 años después Jorge Martínez frente a la compu de Cinthia Velasco mira las escenas con Destruye: Lucas estudiante rompe el televisor: -Me gusta, me gusta mucho. dice. Un día después nos cuenta como él fue un estudiante de leyes antes de volverse músico. Se siente identificado con Lucas y su disidencia: -Usen otra canción…la que quieran. -Siempre me ha gustado Agotados de esperar el fin. -La tienes.

El contrato que firmamos con él merece ser enmarcado, en resumidas palabras dice: pueden hacer lo que les de la gana con las canciones y la disquera no les va a pedir nada. Un contrato punk. Como pago simbólico haremos un videoclip para su nuevo grupo.  
2 años después la película está lista: en  pantalla grande Lucas se queda dormido con los audífonos mientras escucha Destruye.

Corte a febrero 2013. Quito, CCE. Todavía es de tarde, una tarde soleada de este verano que se ha extendido inexplicablemente.  Llego una hora antes para ver que la proyección del cineclub esté bien. Mientras camino algo pasa, no parece el edificio viejo de siempre (vacío). El patio está lleno de pelados, unos manes indescifrables, “alternativos” se podría decir, aunque en este punto no sé muy bien qué significa eso.

Cinturones de púas, gafas, afros, mohauks, también otros gogoteros, por ahí unos gringos, otros futuros intelectuales de lente y bufandas, se han tomado el patio, me gusta, parece realmente una Casa de la Cultura. Uno de ellos habla por teléfono. -Me estás guardando puesto verdad huevón… está lleno… ya subimos loco… el último pipazo antes de entrar. Recién por ese diálogo me doy cuenta de que esta gente es mi gente. Que todos estos pelados están acampando la previa a la película, Está tan lleno que varios se quedan afuera. Emoción.

Corte a: Un par de meses después. Guayaquil. MAAC. Día de lluvia intensa y consecuentes  inundaciones, por lo que las expectativas son bajas. La suca me dice que quiere filmar la cola de entrada al conversatorio en el Maac, a unas 30 personas. Empiezan a entrar y de pronto no paran, y no paran, nos quedamos fríos. Toda la gente que estaba aparentemente desperdigada por los alrededores eran también nuestra gente: Skaters, enternados, pelados con abuelitas, gente random de un Guayaquil que yo no conozco,  la fila se vuelve enorme. La sala está tan a reventar y gente se queda afuera. Un cosquilleo nos recorre, parecido al del día del estreno…

9 de octubre 2012: El día del estreno. Un día onírico, al mismo tiempo uno de los mejores conciertos que he visto en mi vida (las bandas de la peli), una reunión familiar ampliada, una serie de pequeños encuentros con amigos queridos de todas las épocas. También cansancio. Tanto tiempo de esperar por ese día, y pasó muy rápido.

Estrenar una película es emocionante, bello, también es duro. Es pararse en un lugar de exposición antes desconocido. Es conocer la bondad, buen trip y energía de muchos, pero también “surfear la mala onda” como diría Mateo Herrera. Uno llega tan agotado que es incapaz de disfrutar el momento. Las recompensas llegarán después. La conciencia llegará después.

Después es ahora.

Hoy que escribo han pasado 8 meses desde el estreno. Muchos nos escriben que la peli les cambió la vida, la peli viaja a festivales, se va a distribuir por lo menos en Bolivia, Francia, Colombia y EEUU. El DVD está en la calle. Las recompensas siguen, seguimos viajando en la ola. Y al final la mejor recompensa es no poder parar: ya hicimos un documental, y ahora soñamos con la siguiente, porque como dice la colorada: “el cine es pulsión”.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Estoy estudiando gestión cinematográfica, naturalmente afuera de Ecuador y estoy aburrida de las clases ¨mala ola¨que nos dicen que el cine ha muerto, que ya nadie se emociona viendo películas en salas, que la piratería va matar al cine...pero con esta eflexión me dan ganas de decir Ën Ecuador, no todavía".Me he emocionado solo de leer esta lindísima restrospección de lo que es estrenar una película, que es casi como ir a la ¨graduación" del wawa.

Unknown dijo...

Estoy estudiando gestión cinematográfica, naturalmente afuera de Ecuador y estoy aburrida de las clases ¨mala ola¨que nos dicen que el cine ha muerto, que ya nadie se emociona viendo películas en salas, que la piratería va matar al cine...pero con esta eflexión me dan ganas de decir Ën Ecuador, no todavía".Me he emocionado solo de leer esta lindísima restrospección de lo que es estrenar una película, que es casi como ir a la ¨graduación" del wawa.